En el artículo anterior hablamos sobre los tipos de entrenamiento para que sepas cuál elegir dentro de tus rutinas. Si el entrenamiento funcional está entre tus opciones, es importante que conozcas sus ventajas y desventajas. Saberlo te ayudará a identificar los riesgos que puede tener una mala práctica de entrenamiento funcional y cómo evitarlos, así como las razones por las que sí deberías practicarlo. ¡Toma nota!

¿Qué es el entrenamiento funcional?

El entrenamiento funcional es una serie de ejercicios diseñados y aplicados con el fin de aumentar la resistencia física y el equilibrio de una persona para que pueda desarrollar una actividad física determinada sin problemas.

En otras palabras, se trata de preparar tu cuerpo para que esa actividad física no te genere complicaciones en la columna u otras articulaciones.

Es por ello que los ejercicios funcionales también son aplicados en las terapias de rehabilitación, tanto para atletas como para quienes han sufrido lesiones.

En estos casos los terapeutas están enfocados en un objetivo sumamente importante: que los afectados puedan realizar todas las actividades del día a día de la mejor manera posible, cuidando su postura y cada uno de sus movimientos.

Por lo tanto, aumentar la masa muscular o perder grasa no son los objetivos principales que cumplen las rutinas funcionales, sino que se trata de un proceso que incluye más grupos musculares para cumplir con una finalidad.

Circuito funcional en el mundo fitness

Según la definición que mencionamos, parece que un circuito funcional es un tema más de terapia que de entrenamiento, pero no es así.

Esta metodología de trabajo deportivo se ha vuelto común dentro del mundo fitness por la inclusión de un mayor número de cadenas musculares. Para ser exactos, la espalda baja, las caderas y el abdomen son las zonas más beneficiadas.

Es por esto que incluso los atletas de alto rendimiento incluyen rutinas de ejercicios funcionales, pues son la opción ideal para mejorar la coordinación y el equilibrio en sus respectivas disciplinas.

Ventajas del entrenamiento funcional

1. Aumento del equilibrio

Al ejecutar ejercicios funcionales, notarás que tu equilibrio y coordinación serán mayores y mejores. De esta manera podrás realizar cualquier actividad diaria sin riesgos de lesiones y con más facilidad que antes, lo que será beneficioso tanto para disciplinas exigentes como para levantar una simple caja.

2. Mejor salud cardiovascular

Debido a que son más respetuosas y menos exigentes que las rutinas de entrenamientos tradicionales (o de fuerza), las funcionales ayudan mejorar la salud cardiovascular.

Con tiempos y movimientos controlados, el entrenamiento funcional entra en conexión con la mente y, sobre todo, con el cuerpo, todo esto mientras el corazón se hace cada vez más saludable.

3. Posturas más firmes

Mientras más firmes sean las posturas que realices hay menos probabilidades de que sufras alguna lesión o ejerzas esfuerzos en zonas que no deberías, al igual que con el equilibrio y la coordinación. Y es precisamente el entrenamiento funcional el que te ayuda a desarrollar esta firmeza.

La zona media del cuerpo es una de las que mejor se trabajan en el entrenamiento funcional, y al practicarlo verás que desde la forma de sentarte hasta la de caminar serán más firmes y sólidas.

4. Resistencia muscular

Junto con una buena nutrición, el ejercicio funcional ayuda a aumentar la resistencia muscular desde distintos ángulos. Esto se debe a que estas rutinas se basan en la realización de actividades diarias, por lo que trabajan y fortalecen un mayor número de cadenas musculares.

Desventajas del entrenamiento funcional

Como es de esperarse, los circuitos funcionales también llevan consigo algunas desventajas. Y, aunque no son muy graves, no está de más que las conozcas.

1. Desarrollo muscular más lento

Al no incluir ejercicios con pesos elevados, los entrenamientos funcionales no garantizan que el proceso de aumento muscular sea rápido. Por supuesto, el tradicional también requiere de tiempo para lograr ganancias musculares, pero puede ser más avanzado que el funcional.

Asimismo, la pérdida de grasa tampoco es el principal objetivo de este tipo de ejercicios. Recuerda que tus requerimientos físicos deben ser evaluados antes de diseñar un circuito de entrenamiento funcional eficaz.

2. Mayor riesgo de lesiones

Como explicamos anteriormente, los entrenamientos funcionales trabajan más músculos que los entrenamientos tradicionales, lo que puede significar un riesgo mayor de lesiones.

Es decir, si los movimientos no se hacen de manera controlada, las consecuencias podrían afectar a la zona media del cuerpo, lo que sería sumamente negativo para el atleta.

¿Cuál es la diferencia entre entrenamiento tradicional y entrenamiento funcional?

La mayor diferencia entre ambos tipos de entrenamiento es que el tradicional se basa en el aumento muscular y la pérdida de grasa usando máquinas y pesas, mientras que los ejercicios funcionales son ideales para aumentar la resistencia y la estabilidad.

A lo largo de este artículo nos hemos referido al entrenamiento tradicional como el cumplimiento de objetivos más exigentes, pero esto no quiere decir que sea todo lo opuesto a los ejercicios funcionales.

De hecho, los entrenadores deportivos consideran que ambos tipos de rutinas pueden ser sumamente beneficiosas para los atletas y las personas que simplemente quieren ejercitarse en casa.

En otras palabras, ambas características son fundamentales para cualquier ejercicio físico. Mientras trabajamos el aumento de la musculatura y bajamos de peso con ejercicios tradicionales podemos mejorar nuestras actividades de la vida diaria con el ejercicio funcional.

Queda claro, entonces, que el entrenamiento funcional es sumamente beneficioso para personas de cualquier edad, sexo y condición física. Eso sí, solo podrá ser eficaz si se diseña con el fin de cumplir con los objetivos específicos de cada deportista y después de conocer su historial.

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