El origen del jiu-jitsu (resumido)
El jiu-jitsu se origina en la India, durante la época de Buda. En aquel tiempo los monjes necesitaban aprender técnicas de autodefensa para protegerse de los ataques tan comunes que sufrían en sus largas caminatas.
Es por ello que esta disciplina no usa la fuerza bruta como su principal recurso, sino que más bien se enfoca en la unión de la mente con movimientos previamente planificados. De vuelta a la India, los monjes se dedicaron a perfeccionar la ejecución de sus combates.
Para ello se valieron de un método tan pacífico como infalible: la combinación de la flexibilidad, la compostura, la concentración y la disciplina antes de hacer cualquier ataque.
Esta premisa se extendió hasta China y Japón, los otros países asiáticos que acogieron al jiu-jitsu como una de las artes marciales que tenían como objetivo la defensa personal.
«El camino apacible», como fue llamada la recién llegada disciplina, no tardó en aumentar su popularidad en el resto del continente asiático e, incluso, en el resto del mundo.
En este sentido, una de las adaptaciones más importantes que experimentó el jiu-jitsu ocurrió en Brasil, de la mano del japonés Mitsuyo Maeda a inicios de la década de los 90.
Este maestro no solo enseñó la filosofía inicial de esta disciplina, sino que también se unió con los Gracie para potenciarla y crear el jiu-jitsu brasileño, uno de los más populares en la actualidad.
Es importante destacar, además, que el jiu-jitsu es similar en cuanto a técnicas se refiere a otras artes marciales como el judo, el aikido y el kárate.
Los 3 valores principales del jiu-jitsu
Aunque el jiu-jitsu no ha cambiado su filosofía inicial, queremos enfocarnos en los valores promulgados por los Gracie, la familia fundadora del jiu-jitsu brasileño y, por supuesto, unos de sus mayores exponentes.
1. Paciencia
Actuar en el momento adecuado y con la fuerza correcta es clave no solo para ganar un combate de jiu-jitsu, sino que también es esencial para la vida diaria.
La única manera de lograr este objetivo es la paciencia, tal como lo aseguran los Gracie. Los practicantes del jiu-jitsu deben enfocarse en identificar cuál es el momento perfecto para atacar, y esperar pacientemente hasta que llegue.
De esta manera ahorrarán energía, mientras que el oponente la pierde y, por ende, se cansa más rápido. Actuar apresuradamente, con agresión o sin concentración no es el camino correcto para lograr la victoria dentro del jiu-jitsu; por ello es fundamental actuar con calma y premeditación.
2. Control
Para poder atacar en el momento adecuado y no apresurarse, además de la paciencia es importante que el luchador tenga control sobre sí mismo y sobre su oponente.
La filosofía del jiu-jitsu es clara cuando explica que la mente también debe estar dentro del combate. Dominar lo que el luchador hará es fundamental para lograr la victoria, pues como en todas las artes marciales, en esta disciplina no hay cabida para elecciones al azar.
Una vez que el combatiente logre imponer el control en la pelea de jiu-jitsu, será mucho más sencillo lograr la rendición física de su oponente, todo esto en el marco de movimientos planificados y ejecutados en el momento correcto.
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