Historia del boxeo
Inicios en África
Para hablar del origen del boxeo debemos remontarnos a los años 6000 y 5500 a. C. en el continente africano y asiático, respectivamente.
Aunque no se tiene fecha exacta de las primeras peleas, existen bajorrelieves pertenecientes a los egipcios que retratan a 2 personas peleando en la posición inicial del boxeo. Estas mismas evidencias fueron encontradas en civilizaciones mesopotámicas, minoicas e indias.
Cabe destacar, además, que los boxeadores de aquel tiempo usaban una especie de guante que se extendía desde la mano hasta el antebrazo, aunque dejaba los dedos descubiertos.
Llegada a Europa
Otros frescos encontrados en el Mediterráneo alrededor del 1500 a. C. demuestran que el deporte se siguió extendiendo por los demás continentes, y Europa fue uno de los que adoptó esta práctica con mayor entusiasmo.
Una muestra clara de ello fue la inclusión del boxeo en los XXIII Juegos Olímpicos de la Antigüedad en el año 688 a. C. En aquel entonces el deporte se conocía como pygme, y el primer campeón griego fue Onomasto de Esmirna.
Ante la creciente popularidad de la recién incluida disciplina olímpica, los romanos también comenzaron a practicarla de manera habitual. Sin embargo, la llegada del cristianismo conllevó a la suspensión de este deporte en la Antigua Roma y en el resto de Europa debido a su violencia.
Expansión por Asia
Paralelo a la suspensión del boxeo en Europa, en Asia sucedió todo lo contrario. Para ser exactos, el sudeste del continente comenzó la difusión de una variante de la práctica original: el boxeo ancestral.
Aunque no se tienen datos exactos sobre quién fue el creador de este tipo de boxeo (pues algunos dicen que fue Bodhidharma, un budista, mientras que otros afirman que ya en China existía), esta variable se asociaba con el control de la energía interna.
Acogida en América y consolidación en Inglaterra
Después de muchos siglos siendo practicado como una actividad de entretenimiento con diferentes nombres, el boxeo comenzó a llamarse así en Inglaterra durante el siglo XVI.
Esto fue necesario para identificar cuándo se trataba del deporte y cuándo los enfrentamientos solo eran riñas callejeras. Sin embargo, Inglaterra ya era testigo de peleas de boxeo desde el año 1681, aunque fue desde el siglo XVIII que estos encuentros se popularizaron.
En este sentido, la colonización europea en el continente americano también incluyó la adopción del boxeo en diversos países de América. El primer contacto de los habitantes de estas localidades tenía la misma esencia de luchar contra la parte superior de un oponente.
No obstante, no había reglas y los puños estaban descubiertos. De esta manera, los encuentros no tenían tiempo de duración determinado e, incluso, algunos contrincantes resultaban muertos por el alto nivel de violencia.
Las peleas de boxeo transcurrieron de esta manera durante las primeras décadas del siglo XVIII, y de esta época debemos mencionar a James Figg como una de las figuras más fuertes e influyentes de este deporte.
Las apuestas, muchas personas alrededor de los peleadores, el bullicio y la ausencia de un reglamento trajeron muchas consecuencias en aquel entonces. Todo esto terminó con la muerte de Figg y la llegada de su sucesor, Jack Broughton.
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Perfeccionamiento del boxeo
Jack Broughton, otro pugilista inglés, determinó que el boxeo no podía seguir practicándose de manera arbitraria como había ocurrido hasta ese momento. Es por ello que diseñó una serie de reglas que, además de evitar muertes, perfeccionaría la metodología del box.
Una de sus propuestas fue la inclusión de guantes con relleno espumoso en las prácticas y en algunas demostraciones, lo que ha llevado al perfeccionamiento del boxeo tanto aficionado como profesional.
Tiempo después, en 1838, la Asociación Británica para la Protección de los Púgiles amplió el reglamento de Jack a 23 consideraciones. Sin embargo, ninguna de ellas establecía el uso de guantes para las peleas dentro del ring.
El reglamento de boxeo propuesto por Jack Broughton se dividió en 7 principios básicos:
- Si el oponente se caía, el otro luchador debería ubicarse en la zona que se le fue asignada dentro del ring.
- Solo los luchadores y sus segundos podían estar dentro del cuadrilátero.
- Si el pugilista caía, sería necesario contar 30 segundos antes de que se incorporara de nuevo a la pelea o fuese declarado en derrota.
- Estaba prohibido golpear al contrincante después de que haya caído.
- No estaban permitidos los arreglos previos a las peleas, mucho menos aquellos que negociaban el reparto del dinero obtenido.
- Se incluían a los árbitros para la resolución de cualquier disputa dentro del ring.
- Los luchadores solo podrían ejecutar llaves en la parte superior de sus oponentes y de manera controlada para evitar fracturas.
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